Hoy ha sido un día con varias celebraciones. Ha sido: Día mundial de las telecomunicaciones (ONU), Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, Día de las Letras Gallegas :-o, Día de Internet.

1-

Mis primeros recuerdos con Internet me llevan a la casa de mi primo haciendo bulla con la guitarra para que no se oyera la conexión dial-up, que costaba por minuto, igualito que hablar por teléfono. En ese entonces, a los 12 años, nos metíamos al ICQ a chatear y a sweeet.com a bajar fotos de southpark. Ni pensar en bajar videos, la PC colapsaba (la generación youtube no tiene idea). Un poco más grande, en 4to de media, se trababa de tirarse la pera e irse a casa de un amigo y esperar varios minutos mientras se cargaban las fotos de bellas modelos suecas. Así era Internet un par de años después de 1995.

Mi primer blog lo tuve en 2003, un blogspot. La hora del pucho nació junto con la web 2.0, y luego bloguear se hizo cada vez más fácil. Publicaba cuentos de ficción, pero  pasé al periodismo gracias a una profesora de la universidad, quien en una clase nos dijo algo así como "Seguro todos los que tienen blog acá lo usan para publicar cuentos, no? Son periodistas, ¿por qué no hacen periodismo en su blog?".

Yes Ma'am...

2-

Hoy también se recuerda un hecho que marcaría el inicio de casi dos décadas de sangre y dolor a nuestro país. Ese día, hace 30 años, un grupo de hombres armados y con pasamontañas irrumpieron en el pueblo de Chuschi, en Ayacucho, para quemar las ánforas de la ONPE y así evitar que el pueblo participara en las elecciones generales de 1980, las primeras en 12 años.

Con ese acto simbólico se inició formalmente una guerra marcada por el absurdo. Los terroristas se dedicaban a crear "zonas liberadas" para su República Popular del Perú. Básicamente entraban a los pueblos, mataban públicamente a las autoridades, e imponían su ley. Su intento por ganarse a la población campesina fracasó porque, en el colmo de una lógica de guerra total, se dedicaban también a masacrar a comunidades sospechosas de apoyar a los militares. El ejército, por su lado, se vio metido en una lucha sumamente difícil, pues el enemigo no llevaba uniforme. Cualquiera podia ser senderista. El resto es historia conocida.

Aprovecho esta humilde columna para recordar. Pues tanto los avances tecnológicos como el absurdo de una guerra fraticida forman parte de nuestra historia. Para que lo bueno siga avanzando y lo malo sea asimilado, aprendido y finalmente sobrepasado.