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Aborto: buscando el problema de fondo

Publicado: 2009-10-16

Las últimas dos semanas, la propuesta de la comisión de revisión del códico penal de despenalizar el aborto augenésico y en casos de  violación ha desatado una fuerte polémica. La propuesta se dio, además, una semana después del Día Internacional de la Lucha por la Despenalización del Aborto, el 28 de setiembre. Aquel día, varias organizaciones de mujeres demandaron al Ministro de Salud, Oscar Ugarte, la aplicación de un protocolo de salud para el aborto terapéutico, legalizado desde 1924. Una nota de prensa del blog Campaña 28 de Setiembre Perú destaca lo siguiente:

Desde 1924 el aborto terapéutico es legal, pero han pasado 85 años sin que ningún gobierno lo incluya dentro de los servicios públicos de salud.

Ahora bien, ¿por qué despenalizar una práctica tan polémica como es el aborto, en algunos casos? Pues creo, personalmente, que si se establecen protocolos de salud en condiciones médicas aceptables y se pone el proceso en manos de un profesional médico, entonces estaríamos empezando a tratar seriamente un serio problema de salud pública: los abortos clandestinos y las serias complicaciones que éstos acarrean. Según el informe titulado "El aborto clandestino en el Perú - 2006" elaborado por el Centro Flora Tristán, existen 7 abortos clandestinos por cada aborto terapéutico legal. Esto es unos 350,000 abortos ilegales al año.

En cuanto a la posibilidad de complicaciones, el informe presenta los siguientes cuadros (haz clic en las imágenes para leer el detalle):

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Resuelto el tema legal, al menos en estos casos, el aborto pasa a un plano meramente moral/religioso. Y acá hay un punto importante: el debate moral gira en torno a la humanidad del feto. Hay quienes opinan que la vida empieza en la concepción y por lo tanto el feto es sagrado e intocable; otros, que a partir del desarrollo de los órganos vitales; hay incluso quienes consideran que la vida empieza en el momento en que el nuevo nato respira por primera vez. El asunto es que no existe un concenso (ni va a existir nunca), y por lo tanto, nadie puede imponer su posición sobre los demás.

Creo que el Morsa lo puede explicar mejor que yo:

Los hindúes, si es que no me equivoco, creen que es sagrada la vida de las vacas. Podemos encontrar en distintas regiones del mundo, también distintas formas de entender la vida y cuál es sagrada y cuál no.

Evidentemente, en la India (hindú no es igual a indio) hay gente que come vaca. Un grupo religioso no puede imponer su forma de entender la vida y lo sagrado al resto. Allí queda la decisión moral a cada uno (...) , si vamos a decirles a los hindúes que su religión está equivocada, que sus dioses son falsos dioses y solo hay un dios verdadero y que no se equivoca, entonces, se acabó la discusión.

La idea de la sociedad moderna es que se pueda discutir sobre puntos comunes (democracia no es igual a dictadura de la mayoría), puntos de consenso sobre la cual podamos luego construir, acordar. Nunca vamos a estar de acuerdo sobre la humanidad del embrión (¿a partir del tercer mes? ¿desde que nace? ¿cuándo?). Porque, algunos creen que desde que hay fecundación, no sé, dios, Jehová, le da el soplo divino y juá! el feto tiene alma. Bueno, no me opongo a que algunos lo crean. Yo no lo creo así. Bien por ellos, bien por mi.

Ahora, el tema es que en el Perú no ha habido una separación definitiva entre la Iglesia y el Estado.

Sin embargo, el gran problema de fondo, como señala Patricia del Río en su columna de hoy en Perú.21, es la planificación familiar.

Se calcula que diariamente abortan más de mil mujeres en el Perú. Esto quiere decir que en las dos horas que me tomará escribir esta columna se habrán practicado más de 80 abortos clandestinos. Algunos se harán en elegantísimas clínicas privadas y otros en la soledad de un cuarto inmundo con un palo de tejer. En ningún caso, les aseguro, la intervención se hará por malformación del feto, porque peligra la vida de la madre o porque el embarazo es producto de una violación.

Cuando uno revisa los datos de Flora Tristán, no puede más que sorprenderse: el 57% de las peruanas que salieron embarazadas y decidieron tener sus hijos no los planearon de antemano. [...] Lo ideal sería desfanatizar de una vez por todas la discusión y empezar a preocuparnos por que las mujeres peruanas, de toda condición social, puedan acceder libremente al método anticonceptivo que más les acomode.

El problema es que mientras el sector salud no impulse una verdadera campaña de planificación familiar y tengamos a un fuerte sector de la Iglesia Católica diciendo que el uso de anticonceptivos escapa al Plan de Dios, y por lo tanto es pecado, vamos a seguir teniendo embarazos no deseados y mujeres desesperadas que recurran a cualquier abortista ilegal, poniendo en riesgo la propia vida.


Escrito por

Nicolás Bello

Estudio periodismo en la Universidad Católica. Tuve un primer blog en 2003, antes de la web2.0, en el que publiqué, sobre todo, cuentos. La hora del Pucho nació como proyecto en noviembre de 2006. Durante el último año, el blog tuvo altibajos y quedó abandonad


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